lunes, 23 de abril de 2012

DAVID SALLE




Usa como una de sus más recurrentes fuentes de inspiración, el erotismo, imágenes de mujeres desnudas tratadas de forma realista, sin pudor. Tras algunas instalaciones y performances, hacia 1979 se decanta por unas pinturas realizadas a partir de imágenes superpuestas, mezclando técnicas y estilos: Salle utiliza indistintamente la imagen, el vídeo, el cine, el diseño y la moda; se nutre por igual del arte clásico (artistas barrocos como Velázquez y Bernini, románticos como Géricault, impresionistas como Cézanne, expresionistas como Solana, surrealistas como Magritte y Giacometti), como del contemporáneo, en especial del pop-art, recibiendo sobre todo la influencia de Jasper Johns y Robert Rauschenberg, así como la de europeos como Sigmar Polke. Asimismo, muchos aspectos compositivos de Salle recuerdan a la obra de Francis Picabia que desarrolló en los años 40.
La característica principal del estilo de Salle es la yuxtaposición de imágenes, una superposición desorganizada e incoherente de imágenes provenientes tanto de la Historia del Arte como del diseño, la publicidad, los medios de comunicación, el cómic, la cultura popular, etc. Suele recurrir en sus imágenes a la inserción de texto o signos de variada procedencia, recordando frecuentemente el graffiti. Sus imágenes tienen un cierto aire ingenuo, torpe, están expresamente mal pintadas, con fallos de composición y estructura; pero es parte del proyecto de Salle, dar una visión de conjunto a través de la superposición de imágenes, reflejo de un estilo artístico irónico y autocrítico.





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